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Esquizofrenia (V)
El tratamiento de la esquizofrenia es farmacológico en la fase aguda y de mantenimiento de la enfermedad, complementado con intervenciones psicosociales en etapas posteriores (psicoterapia individual, rehabilitación cognitiva, habilidades sociales, etc.).
Los antipsicóticos son los principales fármacos. El tratamiento conlleva una clara mejoría de su sintomatología en el 70% de los pacientes, mientras que el 30% mejoran poco y, de ellos, un 10% no mejoran.
Todos los antipsicóticos actúan bloqueando el receptor D 2 de la dopamina (1ª generación o clásicos o típicos) o los receptores de de dopamina y serotonina (2ª generación o modernos o atípicos). El bloqueo dopaminérgico produce efectos extrapiramidales y aumento de la secreción de prolactina.
La sedación es el efecto secundario más frecuente, más pronunciado al inicio del tratamiento. Se aborda con una disminución de la dosis y dosis nocturna.
Los efectos anticolinérgicos (10%-50%), como sequedad de boca, visión borrosa, estreñimiento y taquicardia, mejoran con la continuidad del tratamiento.
Los efectos extrapiramidales agudos, dependientes de la dosis y reversibles, son:
• Parkinsonismo (20%). Rigidez, bradicinesia y temblor. Se trata con fármacos anticolinérgicos: biperideno 4-8 mg/día, trihexifenidilo 5-10 mg/día.
• Distonía (10%). Contracción muscular sostenida, puede afectar diferentes grupos musculares: cuello (tortícolis), ojos (crisis oculógiras) o lengua. Más frecuente con uso de antipsicóticos como el tipo haloperidol en administración intramuscular. Tratamiento: anticolinérgicos (biperideno 5 mg/i.m.).
• Acatisia (20%-25%). Sensación de inquietud motora que obliga a moverse constantemente e impide permanecer sentado. Tratamiento: reducción de dosis de antipsicótico y/o adición de benzodiazepinas o betabloqueantes.
• Síndrome neuroléptico maligno (0,2%-2,4%). Alteración del nivel de conciencia y rigidez, hipertermia y alteraciones autonómicas (taquicardia, hipertensión). Se asocia a leucocitosis y aumento de las CK. Tratamiento: suspensión del fármaco, medidas de soporte (rehidratación, antipiréticos, bicarbonato, etc.) y administración de bromocriptina (agonista dopaminérgico) o dantrolene (relajante muscular).
La discinesia tardía es un trastorno del movimiento involuntario en forma de movimientos coreicos, atetósicos o estereotipados. Tiene una prevalencia del 4% por año de tratamiento con los antipsicóticos de primera generación. La zona muscular más afectada es la orofacial. Puede ser irreversible. Se debe disminuir la dosis de antipsicótico o sustituirlo.
Otros efectos secundarios son: hiperprolactinemia (amenorrea, galactorrea), aumento de peso, disminución del umbral convulsivo, fotosensibilidad cutánea, disfunciones sexuales, alteraciones oculares (como la retinitis pigmentaria) y arritmias cardíacas.
El síndrome metabólico ha sido asociado a un número importante de pacientes tratados con antipsicóticos de segunda generación, en especial clozapina, olanzapina, quetiapina y risperidona. Es de particular importancia la agranulocitosis, que se da en el 1% de los pacientes tratados con clozapina, por lo que es necesario realizar hemogramas de control.
A pesar de la eficacia de la farmacoterapia para los síntomas positivos, el déficit cognitivo y social necesita un tratamiento psicológico y rehabilitador: entrenamiento en habilidades sociales, rehabilitación cognitiva y terapia familiar y psicoeducación, que ayuda a reducir la emoción expresada familiar y la tasa de recaídas y mejora el funcionamiento social del paciente.
Un fuerte abrazo!
“La perseverancia puede cambiar un fracaso en un extraordinario logro.”
Matt Biondi (1965). Nadador estadounidense, que participó en tres Juegos Olímpicos y ganó once medallas, ocho de ellas de oro.
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